FERNANDO CARRERA
ELIAS LA ENCARNACION DE: PREPOTENCIA.SOBERBIA Y EGOLATRIA.
POR: HUGO MORENO “TUCAN”.
Defectos de carácter que son fáciles de encontrar
en muchas gentes.
Por lo regular, acepto a mis amigos como son, con personas
que tengo poco trato, prefiero evitarlos y me alejo de ellos, pero cuando me
encuentro a alguien, como un funcionario público al cual todos tenemos la
necesidad de ver por requerir algún servicio, la cosa cambia radicalmente.
Hago este comentario
porque hace unos días me encontré a un sujeto, que siendo un servidor público,
se portó como un verdadero patán, el Sr Fernando Carrera Elías, que actuó arrogante, prepotente y autoritario, entre
otros menesteres; como comente hace poco, pensaba exponer otra reseña de ese
algo del ayer de mi tierra chica, La región Tuxtleca, por lo mismo fui a pedir
los permisos pertinentes para usar los bajos de palacio municipal, me
entreviste con el Prof. Paul Elías Solana, regidor segundo y amablemente me acompaño y dio la orden al personal encargado de dar ese servicio de que
se me proporcionara lo que necesitara, todo parecía que marchaba en orden, pero
me fue requerido que visitara a la oficina de gobernación y de ahí obtuviera el
permiso de piso o no que cosa rara, en fin, sabiendo que esos requisitos
burocráticos son indispensables, dirigí mis pasos ese lugar.
La secretaria del titular Fernando
Carrera Elías, me pidió el nombre y fue a anunciarme, espere como media hora,
dicha secretaria salió nuevamente y me pregunto el asunto, no sabiendo que
decir le dije que era un algo periodístico, a lo que ella trato de aclarar. ¿Es
usted periodista? Si, repuse. Otra media hora de espera y por fin el, Pase usted-. El sr. Perea estaba frente a una
computadora y sin quitar la vista de ella me dijo secamente—Siéntese, en que
puedo servirle.
Sr. Dije- por dos motivos,
el primero, explicarle lo que estoy haciendo y comencé a contarle lo del tren, de
los 100 años de su llegada, de la importancia de dejar constancia de esa época,
que es nuestra historia local de principios del siglo XX a mediados del mismo,
durante el tiempo que hable, el no quito la vista de la computadora y muy de
vez en cuando como que miraba las fotos que le enseñaba. Sentí el deseo de
decirle. Sr. Podría dejar la computadora a y atenderme, pero preferí callar y
terminar con este asunto del permiso.
De pronto,
interrumpiéndome me dijo—Bueno, en conclusión ¿que desea? -Me pareció una forma
grosera, pero de nuevo ignore el agravio y dije, bueno, primero contarle lo que
estoy haciendo y segundo pedir permiso para poner nuevamente mi exposición de
fotografías.
-No hay espacios,
tenemos un tianguis-. Fue su respuesta, cortante y sin mirarme de frente, su
vista seguía en la pantalla.
- Bueno, ¿pues cuando
tiene un espacio libre?-
-Pues no sé, pero
para darle permiso primero tengo que hablar con Rafael-. Comprendí que se
refería al presidente y supuse que quería darme a entender lo bien que se
llevaba con él; ya cansado con esa actitud prepotente dije. Rafael ¿Qué Rafael?
A lo que él respondió. -El presidente- Querrá usted decir el Sr Presidente. Me
miro y dijo –Exacto-
-Pues si usted
no tiene autoridad para darme el permiso hable con el-
-Autoridad
tengo, pero es que ha habido quejas contra usted.
-¿Quejas? Y
podría saber de qué.
-Muchas, hasta
un chavo trajo un escrito diciendo que usted baja fotos del internet y las
vende.
¿Y usted es
investigador de ese delito? - Me imagino.
No, yo soy director de Gobernación.
Entonces no
entiendo lo que me dijo, si ni siquiera sabe si eso es delito o no, creo que
debería de denunciarme a las autoridades competentes y decirme no al permiso y
no andar por las ramas buscando escusas para negarme algo a lo que tengo
derecho.
No me hable
en ese forma- Para esto ya había subido el tono de su voz y a mi repuesta. -Forma
¿Qué forma? le estoy solamente estoy contestando. - No me grite, y le voy a
pedir que se salga de mi oficina—Me corre—dije—No, solo le pido que salga de mi
oficina- Tome mis cosa me pare y me encaminaba hacia la puerta, cuando sentí
necesidad de decir algo y lo dije. Sr. Con todo respeto, esta es la oficina de
Gobernación y usted el titular, pero no es su oficina, su oficina será cuando
rente algo fuera de palacio y lo pague usted, porque esta oficina es del pueblo
y la pagan nuestros impuestos y usted está para servirnos no para tratar de
humillarnos. Su cara se encendido y me grito –Cuidado con lo que dice- ¿Me
amenaza? –Tómelo como quiera. Ya no dije nada y Salí.
Después de
esto me entreviste con el Sr Presidente Ing. Rafael Fararoni Mortera el cual me recibió
muy atento y amable y al saber de mi proyecto de rescatar la historia de San
Andrés accedió a todos los permisos que necesitaba y aquí estoy, ya en mi segundo día de exposición.
El Sr Carrera, parecía un
pavorreal, se sentía en las nubes y con una falta total de respeto a mi
persona, a mis años (pues ya soy de la tercera edad, a los 70 años cualquiera
lo es) a el hecho de que soy un
ciudadano al cual tiene la obligación de servir y no de ofender, me trato como
si fuera un pedazo de basura y el un rey romano.
Que lastima
que existan personas así, pero peor, que se encuentren en puestos donde en vez
de ayudar agreden a las personas que tienen la necesidad de verlos y lo peor,
ellos ni se dan cuenta de que de que atentan contra los principios
fundamentales del ser humano, no sé cómo llego a ese puesto y menos el que sea
Edil en la próxima comuna, (Ing. Rosendo, cuidado con ese personaje, con esa
actitud lo va a poner en mal y ya sabe, se necesita tan solo una naranja
podrida para echar a perder al resto).
Pongo su
fotografía para que lo conozca bien y pues sepa lo que le espera si tiene
necesidad de algún trámite en esa oficina, o en la próxima comuna.
Hugo moreno González
Director de Publicaciones
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