sábado, 10 de agosto de 2013

FERNANDO CARRERA ELIAS LA ENCARNACION DE: PREPOTENCIA.SOBERBIA Y EGOLATRIA.



FERNANDO CARRERA ELIAS LA ENCARNACION DE: PREPOTENCIA.SOBERBIA Y EGOLATRIA. 
           
POR: HUGO MORENO “TUCAN”.

                  Defectos de carácter que son fáciles de encontrar en muchas gentes.
                   Por lo regular,  acepto a mis amigos como son, con personas que tengo poco trato, prefiero evitarlos y me alejo de ellos, pero cuando me encuentro a alguien, como un funcionario público al cual todos tenemos la necesidad de ver por requerir algún servicio, la cosa cambia radicalmente.

                     Hago este comentario porque hace unos días me encontré a un sujeto, que siendo un servidor público, se portó como un verdadero patán, el Sr Fernando Carrera Elías, que actuó  arrogante, prepotente y autoritario, entre otros menesteres; como comente hace poco, pensaba exponer otra reseña de ese algo del ayer de mi tierra chica, La región Tuxtleca, por lo mismo fui a pedir los permisos pertinentes para usar los bajos de palacio municipal, me entreviste con el Prof. Paul Elías Solana, regidor segundo y  amablemente me acompaño y dio la orden al  personal encargado de dar ese servicio de que se me proporcionara lo que necesitara, todo parecía que marchaba en orden, pero me fue requerido que visitara a la oficina de gobernación y de ahí obtuviera el permiso de piso o no que cosa rara, en fin, sabiendo que esos requisitos burocráticos son indispensables, dirigí mis pasos ese lugar.

                    La secretaria del titular Fernando Carrera Elías, me pidió el nombre y fue a anunciarme, espere como media hora, dicha secretaria salió nuevamente y me pregunto el asunto, no sabiendo que decir le dije que era un algo periodístico, a lo que ella trato de aclarar. ¿Es usted periodista? Si, repuse. Otra media hora de espera y por fin el,  Pase usted-. El sr. Perea estaba frente a una computadora y sin quitar la vista de ella me dijo secamente—Siéntese, en que puedo servirle. 

                    Sr. Dije- por dos motivos, el primero, explicarle lo que estoy haciendo y comencé a contarle lo del tren, de los 100 años de su llegada, de la importancia de dejar constancia de esa época, que es nuestra historia local de principios del siglo XX a mediados del mismo, durante el tiempo que hable, el no quito la vista de la computadora y muy de vez en cuando como que miraba las fotos que le enseñaba. Sentí el deseo de decirle. Sr. Podría dejar la computadora a y atenderme, pero preferí callar y terminar con este asunto del permiso. 

                        De pronto, interrumpiéndome me dijo—Bueno, en conclusión ¿que desea? -Me pareció una forma grosera, pero de nuevo ignore el agravio y dije, bueno, primero contarle lo que estoy haciendo y segundo pedir permiso para poner nuevamente mi exposición de fotografías.
                        -No hay espacios, tenemos un tianguis-. Fue su respuesta, cortante y sin mirarme de frente, su vista seguía en la pantalla.



                       - Bueno, ¿pues cuando tiene un espacio libre?-
                             -Pues no sé, pero para darle permiso primero tengo que hablar con Rafael-. Comprendí que se refería al presidente y supuse que quería darme a entender lo bien que se llevaba con él; ya cansado con esa actitud prepotente dije. Rafael ¿Qué Rafael? A lo que él respondió. -El presidente- Querrá usted decir el Sr Presidente. Me miro y dijo –Exacto-
                               -Pues si usted no tiene autoridad para darme el permiso hable con el-                                               
                                -Autoridad tengo, pero es que ha habido quejas contra usted.
                                -¿Quejas? Y podría saber de qué.
                                 -Muchas, hasta un chavo trajo un escrito diciendo que usted baja fotos del internet y las vende.
                                 ¿Y usted es investigador de ese delito? - Me imagino.
                                  No, yo soy director de Gobernación.
                                   Entonces no entiendo lo que me dijo, si ni siquiera sabe si eso es delito o no, creo que debería de denunciarme a las autoridades competentes y decirme no al permiso y no andar por las ramas buscando escusas para negarme algo a lo que tengo derecho.
                                   No me hable en ese forma- Para esto ya había subido el tono de su voz y a mi repuesta. -Forma ¿Qué forma? le estoy solamente estoy contestando. - No me grite, y le voy a pedir que se salga de mi oficina—Me corre—dije—No, solo le pido que salga de mi oficina- Tome mis cosa me pare y me encaminaba hacia la puerta, cuando sentí necesidad de decir algo y lo dije. Sr. Con todo respeto, esta es la oficina de Gobernación y usted el titular, pero no es su oficina, su oficina será cuando rente algo fuera de palacio y lo pague usted, porque esta oficina es del pueblo y la pagan nuestros impuestos y usted está para servirnos no para tratar de humillarnos. Su cara se encendido y me grito –Cuidado con lo que dice- ¿Me amenaza? –Tómelo como quiera. Ya no dije nada y Salí.
                                   Después de esto me entreviste con el Sr Presidente  Ing. Rafael Fararoni Mortera el cual me recibió muy atento y amable y al saber de mi proyecto de rescatar la historia de San Andrés accedió a todos los permisos que necesitaba y aquí estoy,  ya en mi segundo día de exposición.
                                  El Sr Carrera, parecía un pavorreal, se sentía en las nubes y con una falta total de respeto a mi persona, a mis años (pues ya soy de la tercera edad, a los 70 años cualquiera lo es)  a el hecho de que soy un ciudadano al cual tiene la obligación de servir y no de ofender, me trato como si fuera un pedazo de basura y el un rey romano.
                                  Que lastima que existan personas así, pero peor, que se encuentren en puestos donde en vez de ayudar agreden a las personas que tienen la necesidad de verlos y lo peor, ellos ni se dan cuenta de que de que atentan contra los principios fundamentales del ser humano, no sé cómo llego a ese puesto y menos el que sea Edil en la próxima comuna, (Ing. Rosendo, cuidado con ese personaje, con esa actitud lo va a poner en mal y ya sabe, se necesita tan solo una naranja podrida para echar a perder al resto).
                                 Pongo su fotografía para que lo conozca bien y pues sepa lo que le espera si tiene necesidad de algún trámite en esa oficina, o en la próxima comuna.
         Hugo moreno González
       Director de Publicaciones

                         
                
                                 
                                

              

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